viernes, 8 de octubre de 2010

Dermatitis eczematosa en vacas




Dermatitis en vacas
  
La vaca N° 666. Que numerito !

La zona que rodea al pueblo de Lobatera siempre me ha trasmitido una energía especial, esas montañas algo secas, algo verdes, brisa constante, aire más bien seco. O tal vez será la historia precolombina que lleva mi imaginación a aquellas aldeas indígenas de las cuales solo quedan sus petroglifos y vasijas halladas en estos lugares.

El Ingeniero Ramírez me pide que entremos un momento a la propiedad de su tío. Una gran piedra con petroglifos nos da la bienvenida al ramal carretero que nos conducirá hasta la finca. Sigo pensando que esa gran roca estaba en posición horizontal cuando los indios la labraron, de lo contrario sería muy incómodo haber trabajado así de inclinado. O puede ser de esas cosas que hacían nuestros pobladores ancestrales que luego pasan miles de años y no se sabe ni cómo, ni por qué.

Piedra del Indio en Lobatera

Al llegar a la finca notamos que los animales se encuentran semi estabulados alimentándose de heno en las horas de la tarde y en pastoreo en las horas de la mañana. Es época seca y los pastos son insuficientes. El productor nos señala que las vacas tienen una "sarna" que ya han tratado con avermectinas y que no mejora en absoluto. Luego de examinar a la vaca 666 entre otras, se nota un eczema con descamación y caida del pelo en areas más bien simétricas del cuerpo del animal. El hecho de que sea simétrico nos habla más de algo sistémico y no localizado. Probablemente el animal está "reaccionando desde adentro" contra algo que ha afectado todo el animal. Tomamos un raspado de piel para su estudio en el laboratorio y una muestra de sangre completa para hematología.


El raspado profundo de piel es observado al microscopio en busca de ácaros de la sarna o hifas de hongos (tiña) sin embargo, no se demostró la existencia de estos agentes patógenos.

En el examen de sangre se observa una marcada eosinofília como hallazgo resaltante, es decir, abundan los glóbulos blancos de tipo Eosinófilo. Los mismos que señala la literatura como acompañantes de procesos alérgicos y parasitarios.

Eosinófilo

Ante estos resultados, se le recomendó al productor un tratamiento a base de vitamina A, antihistamínicos y protectores hepáticos que resultó ser exitoso.

Además, con la llegada de las lluvias, se suspendió el heno que se le ofrecía a las vacas y la oferta forrajera cambió notablemente y no se presentaron nuevos casos.

Ese período de escasas lluvias hace que los pastos estén realmente secos y amarillos durante unos meses. Se sabe que los forrajes secos son muy escasos en vitamina A. Es muy común ver problemas de piel, lagrimeo y hasta diarreas relacionadas con estas deficiencias. También durante el período seco, los bovinos se ven obligados a consumir plantas que normalmente no consumirían. Además, no se descarta que el mismo heno por fallas en su conservación o transporte haya permitido el desarrollo de noxas que proporcionan alergenos capaces de producir reacciones que se manifiestan en la piel de estos animales, precisamente como reacciones alérgicas semejantes a la dermatitis atópica.

Hemos observado con preocupación el uso abusivo de antibióticos y avermectinas en los animales de producción, inclusive en plena producción de leche. Me atrevo a decir que estos dos géneros de medicamentos son los más utilizados en nuestro medio cuando el productor trata de "adivinar" que tienen sus animales. Es lamentable que aparte de estar gastando dinero sin necesidad, se estén contaminando los productos: carne y leche que se destinan a consumo humano.

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